¡Hola gente!
Siguiendo con la temática de la Spooky Season, hoy os traigo reseña de la novela Acércate escrita por Sara Gran. Vamos con la ficha técnica:
Titulo: Acércate
Autora: Sara Gran
Editorial: Biblioteca de Carfax
Traductora: María Pérez de San Román
Diseño de portada: Rafael Martín Coronel
Género: Terror/Posesiones
Nº de páginas: 224
SINOPSIS
Amanda es una arquitecta de éxito felizmente casada, quien, un día, empieza a experimentar extraños fenómenos: una propuesta dirigida a su jefe es sustituida por otra llena de insultos obscenos, unos extraños golpeteos no cesan de oírse en su casa, siente la necesidad de volver a fumar y termina quemando ``accidentalmente`` a su marido con un cigarro y por las noches sueña con una bella mujer de afilados dientes a la orilla de un mar rojo como la sangre.
Amanda siente que su vida ha perdido el equilibrio y está deslizándose por una curva peligrosa, pero no termina de entender por qué. No sabe si está poseída por un demonio o perdiendo la cabeza. En un rincón de su mente no cesa de preguntarse si en realidad no está disfrutando con todo lo que le sucede y eso la aterroriza aún más.
AUTORA
Sara Gran es una escritora y guionista estadounidense autora de siete novelas, siendo esta Acércate su segundo trabajo publicado y el único que ha sido traducido al español por parte de la editorial La Biblioteca de Carfax. Entre los géneros que cultiva se encuentran el terror y el thriller oscuro.
ARGUMENTO
¿Quién no ha deseado dejar de hacer las cosas que se supone que tenemos que hacer? o mejor aún, ¿hacer aquellas que no está bien visto llevar a acabo? Chillar al padre de ese niño que no deja de llorar en un lugar público para que se lo lleve o lo calle, mandar a la mierda al funcionario soplapollas de turno, plantarle cara a tu jefe o compañero de trabajo aunque eso nos lleve al conflicto...
En ocasiones las convenciones sociales nos pesan como una losa, nos impiden dejarnos llevar por aquello que deseamos. Nos reprimen en cierto modo. ´
Amanda, la protagonista de esta novela, comienza el primer capítulo insultando a su jefe. Salvo que no recuerda haberlo hecho. Posteriormente roba un pintalabios rojo oscuro en una tienda, queda mal con los amigos de su marido, coquetea con otros hombres, llega tarde al trabajo. No sabe porque hace estas cosas, en ocasiones se olvida de largos periodos de tiempo en su día a día.
De repente Amanda comienza a romper todo aquello por lo que su vida se había regido hasta entonces, lo que le ocasiones múltiples problemas con su entorno social, especialmente con su esposo.
Así, Sara Gran plantea la posesión de Amanda alejándose de cualquier rito o creencia católica (aunque la protagonista acabe recurriendo a remedios espirituales para averiguar qué es lo que le pasa), no estamos ante una niña/mujer patronizada y salvada por señores con sotana.
En parte, y especialmente en los inicios, Amanda vive su posesión como si se tratara de una liberación, de un dejarse llevar por los deseos e instintos que reprimimos en aras de la convivencia, del contrato social. Y ya sabemos que a las mujeres siempre se les presupone un mayor decoro, un mayor apego a las convenciones para evitar caer en la vergüenza o el ostracismo.
Esta forma de abordar la posesión, como una ruptura con la realidad social que nos permite vivir en comunidad y que a priori parece aliviar al individuo (a la mujer) que adopta una posición más egoísta y hedonista, me ha parecido uno de los aspectos más originales de la novela de Gran.
Pero por supuesto nadie es una isla y pronto los pequeños actos de rebelión de Amanda se vuelven más peligrosos, menos empoderantes, mucho más patológicos. La búsqueda constante del propio placer nos incapacita como seres sociales, nos transforma en personas peligrosas, incapaces de estar con los demás.
Que nadie se equivoque, aquí hay un demonio (un demonio femenino, ojo, algo que tampoco es muy común que se vea en el subgénero), pero la autora juega al despiste con el lector porque lo que le pasa a Amanda podría ser algo totalmente explicable dentro de los parámetros de lo científico, encajado en un trastorno de la personalidad. Podría ser el grito de ayuda de una mujer que lleva años reprimida.
Incluso la protagonista comienza a sugestionarse por la lectura de un libro sobre posesiones que aparece por error en su casa (ella había pedido otra novela), haciendo un test para saber si está poseída y obteniendo una puntuación cada vez más alta. También, y aunque no menciona estar adscrita a fe alguna, comienza a buscar a curanderos o predicadores que la exorcicen, que la ayuden a despojarse de ese ser que habita dentro de ella y la desvía del camino correcto.
Sí que se plantea buscar ayuda psicológica (y de hecho lo hace), pero da la sensación de que para ella resulta más conveniente la opción de la posesión, ¿acaso no es más fácil echarle la culpa a un monstruo real que pensar que nosotros mismos guardamos lo monstruoso dentro?
Hacia el final, cuando la posesión es casi total y Amanda tiene episodios de amnesia donde no recuerda periodos de tiempo prolongados en su vida, la protagonista comienza a ver a otros demonios escondidos bajo la piel de algunos otros personajes. Una vez ha roto con la sociedad, traspasa la máscara de civilización que todos nos ponemos, detectando a los depredadores que hay detrás.
¿Tienen sentido las convenciones sociales? ¿Qué pasa cuando las rompemos y dejamos de hacer lo que se espera de nosotros? ¿La represión absoluta de nuestro yo nos conduce a la locura? ¿Está Amanda de verdad poseída?
Tendréis que leerlo para descubrirlo (aún así es posible que ni por esas tengáis una respuesta clara).
Nota: 9
AMBIENTACIÓN
Los Estados Unidos de los suburbios de la clase media alta son el escenario para esta posesión moderna. Los curritos cualificados que van de vacaciones a la casa de la playa de unos amigos, los trabajos de oficina, las comidas para llevar, los fines de semana de tiendas, recados y restaurantes.
Acércate es una novela de terror psicológico que nos sumerge en la reacción a este tipo de sociedad, por parte del individuo en proceso de enajenación mental (de posesión). Amanda deja de ser ella misma porque rompe con los códigos de la actual clase media en la que se desarrolla su vida.
Ella no deja de repetir que su cotidianeidad es satisfactoria, pero a medida que vamos adentrándonos en la lectura Sara Gran parece preguntarnos, ¿estáis seguros de que Amanda es feliz? ¿y vosotros, lo sois?
Nota: 9
PERSONAJES
Casi todos los personajes son muy secundarios y orbitan en torno al principal: Amanda.
Como es común en las novelas psicológicas la trama avanza conforme lo hace el desarrollo de Amanda, de su proceso de posesión.
Resulta un personaje muy bien construido por parte de Sara Gran, una chica procedente de una familia desapegada, madre muerta, padre casado en segundas nupcias que pasa absolutamente de ella. Luego el padre y la esposa mueren y ella se queda sola, vagando sin rumbo y sin saber muy bien que hacer con su vida.
Y es que es justo así como Amanda se recuerda a sí misma antes de la llegada de su esposo, como la de alguien desubicado, que no sabía bien quién era, que daba tumbos en espera de que llegara LA VIDA.
En el momento en que el marido entra en escena, Amanda se aferra a la cosmovisión que representa, al orden y la rutina que le faltaban y que ahora necesita para que todo vaya bien, para no volver a ser la nada que era antes.
El problema es que en ocasiones, y esto lo sabemos gracias a la narración en primera persona, Amanda no parece muy contenta con su vida, se le escapan observaciones críticas y despreciativas sobre el modo en que su esposo y ella estructuran su realidad.
Dependencia, supresión o construcción de un yo que no es el nuestro sino el que creemos que contentará a los demás y nos permitirá mantenerlos a nuestro lado, insatisfacción vital...todo eso parece la puerta de entrada a la locura, o en este caso al demonio posesor Naama.
Esta entidad demoníaca femenina se presenta a Amanda en sus sueños, y pronto la protagonista recuerda que esta mujer misteriosa y siniestra ya era su amiga imaginaria en la infancia. Naama le susurra, persuade a Amanda para que la deje entrar en su vida, para que la deje ocuparla.
Naama es una criatura demoníaca del folclore hebreo, se la piensa una súcubo que al igual que otro demonio femenino, Lilith, tuvo relaciones con Adán. Ya sabemos todos que Lilith y Naama suponen la rebeldía femenina, la ruptura del rol de la mujer frente a la complacencia católica y conservadora de Eva.
En la novela Naama sirve para ejemplificar este rechazo de Amanda frente a las convenciones sociales propias del papel que tiene como mujer y esposa trabajadora de la clase media. También se incide en la parte sexual del súcubo, ya que de repente Amanda vuelve a ser una criatura sexual, a vestirse como antes no se atrevía, a ponerse un maquillaje más intenso.
Estos dos son los personajes más importantes de la novela (aunque queda a nuestra elección considerar a Naama un personaje o el reverso oscuro, la caída en la locura de la protagonista).
Del resto destaca la figura del esposo, como el otro que no entiende el proceso por el que está pasando su mujer. Con este personaje tengo dudas, por un lado creo que no está a la altura de lo que le sucede a Amanda, no le da la importancia suficiente o ignora sus padecimientos hasta que es demasiado tarde. Pero por otro lado también entiendo que la conducta del personaje principal es cada vez más agresiva e insoportable. De todas formas, creo que en general es un personaje que no está a la altura, y con el que la autora pretende reflejar que la vida idílica de la protagonista no supera las apariencias y se queda en la superficie.
Por último, un breve comentario sobre los consejeros espirituales y los médicos a los que Amanda recurre en su búsqueda de una explicación racional o sobrenatural de lo que le está pasando. La escena con el predicador me impactó bastante, y tiene un efecto inesperado para la protagonista. Ahí lo dejo para no hacer spoilers.
Nota: 9
PLUMA
La autora elige una narración en primera persona por parte de Amanda, quien como intuiréis, está lejos de ser una narradora confiable. Nos describe de primera mano su proceso de posesión, de locura, o como prefiráis llamarlo, de tal forma que asistimos en primer plano a la descomposición de su mente.
La narración de la autora consigue atrapar al lector (el libro me duró apenas dos horas) y la voz que otorga a Amanda es directa, persuasiva, un tren que sabes a punto de estrellarse pero del que no puedes apartar la mirada. Todo ello sazonado con ciertas dosis de humor muy fino y muy negro. ´
Nota: 9
INTRIGA
Como he explicado anteriormente la novela te mantiene atrapada, no la puedes soltar hasta que no la terminas, impaciente por saber cómo va a desarrollarse la posesión de Amanda, asistiendo a pequeñas transgresiones que sabes que van a ir a más.
Nota: 9
COHERENCIA
La autora detalla con gran cierto el proceso de posesión de la protagonista, jugando con el lector, haciéndole dudar sobre si Amanda está en una situación de enajenación o de verdad es una infestación. La novela está muy bien estructurada y creo que la autora consigue lo que se propone.
Nota: 9
DISFRUTE
El libro no se suelta hasta que se termina, como he mencionado anteriormente apela al morbo del lector que asiste sin pestañear a la caída por un precipicio de la protagonista. Hasta ese aterrador y triste final que por supuesto no desvelaré.
Nota: 10
CONCLUSIÓN
Una novela para aquellos que deseen leer algo diferente del ya manido subgénero de posesiones, para las que estén hartas de las niñas en cama y los hombres con sotana y para los amantes del terror psicológico.
NOTA
9
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