¡Hola gente!
Hoy os traigo una nueva reseña, De Lukov, con amor, escrita por la autora Mariana Zapata. Vamos con la ficha técnica:
Título: De Lukov, con amor.
Autora: Mariana Zapata.
Editorial en España: Plaza & Janés.
Género: Romántica contemporánea.
SINOPSIS
Si alguien le pidiera a Jasmine Santos que describiera la última época de su vida con una sola palabra, seguramente utilizaría una que habría que censurar.
Después de años de dedicación e incontables huesos y compromisos rotos, sabe que su oportunidad para dedicarse profesionalmente al patinaje artístico está esfumándose. Sin embargo, cuando la oferta que tanto estaba esperando por fin llega, lo hace de la mano de un idiota arrogante que es, además, su némesis.
Pero tal vez haya llegado el momento de que Jasmine reconsidere muchas cosas...
Entre ellas, a Ivan Lukov.
SOBRE LA AUTORA
Mariana Zapata es una autora estadounidense de ascendencia latinoamericana (rasgo que comparten varios personajes de sus novelas), que escribe romántica contemporánea.
Sus libros son el máximo exponente del slow burn, tropo de la novela romántica que se caracteriza porque los personajes se van enamorando muy poco a poco, construyéndose la tensión afectiva y sexual de manera gradual a lo largo de toda la trama.
También se caracteriza por tomar como protagonistas a personajes del mundo del deporte (aunque también ha introducido otras profesiones en sus novelas, como por ejemplo, actor porno, músico o soldado), siendo este el caso de su (por ahora) única novela traducida al español, De Lukov, con Amor, protagonizada por dos patinadores artísticos.
OPINIÓN
Dentro de la romántica existe un subgénero muy explotado y que suele gustar bastante a las lectoras: el de los deportistas profesionales. Ya sabéis, tíos cachas que juegan al fútbol americano (como los míticos Chicago Stars de Susan Elizabeth Phillips), al hockey (como los Chinooks de Rachel Gibson) o a cualquier otra disciplina que implique grandes dosis de descamisamiento y testosterona.
Poco a poco este subgénero también ha ido dejando espacio a las heroínas deportistas, y precisamente Mariana Zapata es uno de los grandes exponentes en lo que se refiere a protagonistas femeninas dedicadas al deporte profesional, con ingentes cantidades de ambición y dedicación a su disciplina.
Justamente este es el caso de De Lukov, con amor, protagonizada por Jasmine Santos, una patinadora artística en horas bajas con problemas de temperamento y que tras años de competición por parejas, acaba de ser plantada por su compañero.
Debido a ello se verá obligada a hacer equipo con Ivan Lukov, un compañero de profesión que ha sido campeón en varias ocasiones y al que Jasmine no puede ni ver en pintura por su actitud chulesca y por varios encontronazos que han tenido a lo largo de los años.
A diferencia de otras novelas del subgénero, el escenario del patinaje artístico es una parte esencial de la historia. La autora se esfuerza por hacer entender al lector cómo funciona este deporte, y especialmente lo sacrificado que es para los personajes. Jasmine ama su trabajo, tiene clarísimo que rendirse no es una opción, y que aunque la consideren "mayor" para conseguir ganar algún campeonato, está dispuesta a dejarse la piel para callar bocas y alcanzar sus objetivos. Y la autora te enseña las rutinas extenuantes que sigue la protagonista para conseguirlo, la culpa que siente por no poder dedicarle el tiempo necesario a su familia, o los niveles de autoexigencia que provocan estrés y que terminan afectando a la salud mental.
Y esto es algo que también se aplica al personaje masculino, cuyo eje vital es el deporte al que lleva dedicándose toda su vida. Eso quiere decir que buena parte de la historia y del avance en la relación entre los personajes se desarrolla en la pista de hielo, en interminables ensayos, campañas de publicidad, reuniones con la entrenadora o el equipo, torneos...El deporte no es solo una excusa de la autora para hacer su historia más original o pintoresca, sino que es un aspecto esencial de la vida de ambos personajes, y una pasión que los termina uniendo por encima de sus diferencias.
Podría parecer que ambos son unos adictos al trabajo de manual (y esto es un poco cierto, para que nos vamos a engañar), pero otro aspecto positivo de la historia es la importancia que tiene para Jasmine su familia, y el peso que la autora otorga a su madre, a todos sus hermanos, y a sus sobrinos. La protagonista siente culpa por haberse perdido momentos vitales con todos ellos, y se propone estar más presente en sus vidas. Sus esfuerzos para conciliar la vida profesional y la familiar y los remordimientos que le causan el no ser capaz de equilibrar estas dos facetas son otros conflictos que hacen interesante al personaje. Además, los miembros de la familia Santos se convierten en personajes secundarios que aportan ternura y humor a la historia, con el inquebrantable apoyo que se demuestran entre ellos y hacia la protagonista, en quien no dejan de creer jamás.
Las relaciones familiares sanas son, por tanto, otro de los puntos positivos del libro, y la importancia de construirlas se refleja también en la tensión que existe entre Jasmine y su padre, el único miembro del clan Santos que cree que lo del patinaje artístico es solo una "fase" que su hija debería haber superado hace tiempo para poder buscarse un "trabajo de verdad". El daño que esta condescendencia provocan en la protagonista y las escenas que comparte con su padre son fundamentales para comprender a la misma y su fuerza de voluntad. La resolución de este conflicto podría pecar de facilona (como algunas personas han señalado), y es cierto que en ocasiones es difícil hacer cambiar de opinión a personas como el padre de Jasmine, pero creo que la autora se esfuerza porque no le veamos como un villano, sino como un señor que tiene que esforzarse más para no perder a su hija y que está dispuesto en última instancia a hacerlo porque la quiere. Eso me parece bonito, llamadme cursilona.
Otra de las características de la protagonista, que creo que está muy bien manejada por la autora, es la mala leche impresionante de la que hace gala. Jasmine es una firme defensora del concepto de "hablo a través de lo bien que hago mi trabajo, y no estoy aquí para hacer amigos". Su genio, sus borderías y la impaciencia con la que aborda ciertas obligaciones de su profesión son en ocasiones defectos de carácter que hacen que se meta en líos con la prensa, con patrocinadores o con otros compañeros de profesión.
También son rasgos de personalidad que chocan con el aparente encanto y carisma que tiene su compañero y coprotagonista, Ivan Lukov. Cargado de chulería, aunque igual de competitivo y autoexigente que Jasmine, sabe cómo ganarse a los demás utilizando sus habilidades sociales. Su afabilidad y actitud relajada chocan con el fuerte pronto de Jasmine, y son un añadido a la tensión que ya existe entre ellos debido a su enemistad.
Otro aspecto interesante de Ivan es que la autora juega con una doble percepción a la hora de presentarnos al personaje. Me explico. Al tratarse de una historia contada en primera persona por Jasmine, todo lo que se nos dice de Lukov está influido por los prejuicios que la protagonista tiene contra él, y sin duda, se trata de una visión absolutamente subjetiva de su compañero, en la que Jasmine está dispuesta a pensar lo peor sobre él.
Esta opinión contrasta con los gestos que el lector va percibiendo de las acciones del propio Lukov, que poco a poco van revelando a un personaje tierno y con problemas de soledad que busca la compañía de Jasmine y de su familia. Es divertido ver cómo lo que Jasmine entiende como ataques por parte de su compañero, es interpretado por el lector como intentos de Ivan por congraciarse con una compañera a la que está muy lejos de odiar. Más bien al contrario.
La relación entre ellos, por tanto, empieza como una rivalidad (creo que más por parte de Jasmine que de Ivan, quien se nota que desde el principio siente admiración por su compañera), que poco a poco va dando lugar a una relación profesional de compañerismo donde ambos sacan lo mejor del otro, para acabar convirtiéndose en una amistad donde la confianza, el respeto y la admiración mutua tienen un papel principal. El problema, por supuesto, es que a esa relación de colegueo se le añaden altas dosis de tensión sexual y afectiva que vas in crescendo hasta culminar. La dinámica entre Jasmine e Ivan es, por tanto, un ejemplo de manual del tropo enemies to friends to lovers que tanto disfruto en una novela romántica.
Eso sí, a pesar de emplear este tópico la relación entre ambos protagonistas no deja de ser sana en ningún momento. Se pican, pero no se faltan el respeto y saben sacar lo mejor del otro en el terreno profesional, y luego en el personal. Se aportan cosas mutuamente, y se comprenden y entienden a la perfección.
Lo único que me ha quedado a deber de la relación romántica es lo lenta que va. Soy partidaria de que las autoras deben tomarse su tiempo para construir a la pareja principal, pero aquí creo que Zapata se excede y apenas tenemos un par de escenas de ellos como pareja. Me hubiera gustado ver más el funcionamiento romántico de ambos, la verdad.
Conste que ya había leído a Zapata con anterioridad, y precisamente en una de sus obras más reconocidas, Kulti (cuya protagonista es jugadora profesional de fútbol), pero reconozco que no me convenció tanto como lo ha hecho con esta novela (igual por cierto slut-shaming que detecté en aquella y que aquí, afortunadamente, no hace su aparición).
Espero que el haberse vuelto un fenómeno en Tik Tok haga que la editorial se anime a traer el resto de sus trabajos, porque aquí estaré para leerlos con mucho gusto. En caso contrario, siempre me quedará el kindle en inglés.
CONCLUSIÓN
Una de las mejores novelas románticas que he tenido el placer de leer últimamente. Hacía tiempo que no me emocionaba con una pareja de ficción de esta manera, tanto, que sin ser perfecta he disfrutado pasando por alto todos sus defectos.
NOTA
8,5
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