¡Hola gente!
Hoy os traigo una nueva reseña, Inanición, de la autora Daria Pietrzak. Vamos con la ficha técnica:
Título: Inanición
Autora: Daria Pietrzak
Editorial en España: Dilatando Mentes.
Género: Terror.
SINOPSIS
Silencio.
Paz y tranquilidad.
La caricia del sol en el rostro.
Largas tardes de verano y momentos compartidos de felicidad.
Lucas soñaba con tener todo eso y mucho más: huir, dejar atrás su pasado, formar una familia y vivir en paz en su propio hogar. Y estaba convencido de que lograría hacer realidad sus deseos en el olvidado pueblo de San Nicolás.
Pero hay lugares en este mundo que no deben ser molestados, con caminos enterrados bajo el polvo que es mejor dejar atrás y recuerdos que deben descansar para siempre, sepultados bajo una capa de tiempo, donde nadie pueda encontrarlos jamás.
Lugares olvidados que aúllan con un hambre voraz, donde los fantasmas bailan bajo la luz y las sombras visten el mundo con un manto de realidad.
Son lugares como San Nicolás, que esconden terribles secretos enterrados entre sus raíces, en las profundidades de una tierra en la que nunca penetra la luz del sol.
Son secretos que caminan por sus calles cuando llega la oscuridad, con los dientes afilados y el estómago vacío, ansiosos por saciar su apetito con la carne de todo aquel que se atreva a traspasar el umbral.
SOBRE LA AUTORA
Daria Pietrzak es una autora de origen polaco, y afincada en España desde la infancia. Escribe terror de prosa generosa en detalles, lo que contribuye a crear atmosferas inquietantes y asfixiantes.
Tras su primera publicación, la colección de relatos Cuentos Extraños, publicó la novela El Morador, con Dilatando Mentes Editorial. Se trata de una historia donde lo demoníaco, las maldiciones y la brujería se dan la mano para ofrecer una vuelta de tuerca a lo que en principio parecía la clásica novela de casas encantadas.
Justo ese espíritu de lugar maldito donde los ciclos de violencias pasadas se repiten una y otra vez es el que recoge en su última novela, Inanición, también publicada por Dilatando Mentes y de la que hablaremos en la presente reseña.
OPINIÓN
Recientemente en la cultura popular de este país se ha puesto de moda hablar de la España vaciada, ya sea en tono costumbrista (véase Alcarras) o en uno algo más siniestro (como As Bestas o Suro).
Además de estas películas, los pueblos rurales también son escenarios propicios para las novelas de terror españolas, con sus vestigios de la tradición más conservadora del posfranquismo, y la ranciedad católica que ha heredado este país.
Villas pobladas por cuatro gatos, con sus hombres gallitos y sus mujeres entregadas en cuerpo y alma a conservar las "buenas costumbres" de la comunidad. Resquemores vecinales y crueldades cotidianas. Lugares donde sus habitantes sufren de manera más intensa el señalamiento de la clase social, la división entre los pudientes y los desgraciados. Entre los que tienen la tripa llena a costa de los que pasan hambre.
Justamente este es el espíritu que la autora insufla a la pedanía protagonista de esta novela: San Nicolás, un lugar que cumple la función de casa encantada, un Hoverlook que no es un edificio (aunque sea uno tan grande como un resort vacacional) sino un poblado entero, con todas sus gentes ejerciendo la función de fantasmas encerrados en ciclos de violencia y mezquindad que se repiten sin fin, y que además, atrae y succiona a quienes se atreven a poner un pie en sus tierras.
Precisamente, a lo largo de toda la novela he encontrado ciertos paralelismos entre la historia de Pietrzak y El Resplandor: la más obvia es su aura de malditismo, de lugar plagado de fantasmas atrapados en su propio infierno personal, condenados por pecados que poco a poco se van desvelando al lector.
Pero además, al igual que Jack Torrance en el Hoverlook, Lucas y Sam, la pareja de foráneos que llegan al pueblo buscando empezar una nueva vida (aunque con objetivos vitales cada vez más opuestos), van enloqueciendo progresivamente gracias a la intervención de los espíritus que habitan San Nicolás. El propósito de la población fantasmal no es otro que el de sacar lo peor de ellos, alimentarse de sus miedos, y conseguir separarlos para que así entren a formar parte de los habitantes que ya nunca jamás saldrán de ese lugar.
Inanición es, entonces, una novela gótica que traslada su centro desde la mansión/ casa encantada, a un pueblo de la España vaciada, con todos los elementos rurales y castizos que nos hacen reconocer la historia como algo propio. Pero más allá de eso, la novela es también una visión pesimista sobre la naturaleza humana, los fantasmas no son más peligrosos que cuando estaban vivos, y su maldad no es más que un eco de la que poseían antaño. Porque no hay nada más aterrador que la crueldad y la mezquindad de las personas.
Por otro lado, y como punto negativo, las descripciones extensísimas de los lugares propician la creación de una atmósfera opresiva y sobresaliente (un requisito imprescindible para cualquier historia de terror que se precie), pero como lectora, en ocasiones han entorpecido el ritmo del relato, o me han resultado excesivas o redundantes. Por supuesto, soy consciente de que esto es algo personal, y que puede que a otros lectores este estilo les encante. Ya se sabe eso que dicen de los gustos y los culos...
CONCLUSIÓN
Para los amantes de las historias de fantasmas hartos de que el escenario principal sea una casa. Para los que piensen que pueblo pequeño, infierno grande. Para aquellos fascinados por la historia rural de España (especialmente de la vaciada). Para los que creen que lo principal en una historia de fantasmas, es la creación de una atmósfera angustiante y opresiva. Y para aquellos a los que no les molesten las descripciones ambientales en exceso.
NOTA
8,5
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