¡Hola gente!
Hoy os traigo una nueva reseña, Pétalos de papel, de las autoras Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Vamos con la ficha técnica:
Título: Pétalos de papel
Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Ilustraciones: Paulina Klime
Editorial en España: Molino.
Género: Romántica paranormal.
SINOPSIS
Un mundo en el que caben todos los mundos.
Un chico con el poder de crear puentes entre ellos.
Una chica que llega por accidente... y que no puede regresar a casa
Dani es una chica normal. O lo era hasta que un libro se la tragó y llegó a Albión, una dimensión regentada por una clase noble que impone sus normas escondida tras sonrisas fingidas y bailes a medianoche. Un mundo en el que los visitantes como ella son meros siervos a su merced.
Marcus es el heredero de la familia Abberlain y el único con el poder de devolver a Dani a casa. Un don que muchos envidian y quisieran controlar a cualquier precio. Un paso en falso y la vida que Marcus ha construido con tanto esmero escudado tras una máscara de indiferencia podría derrumbarse a su alrededor.
Cuando sus historias se entrelacen, Dani y Marcus harán temblar la bien asentada jerarquía de Albión, pero…
Alterar el orden es peligroso.
Y ni siquiera el amor puede desafiar al destino.
SOBRE LAS AUTORAS.
Iria G Parente y Selene M Pascual conforman un dúo literario desde que publicaran por primera vez en 2012 Pétalos de papel, de forma gratuita en el blog que ambas compartían.
Tras esta primera colaboración le siguió la trilogía Secretos de la Luna Llena, de corte juvenil fantástico, la serie Marabilia, Rojo y Oro, Antihéroes y la duología El dragón y el Unicornio, todos ellos pertenecientes al mismo género que su primera novela.
Además de la fantasía juvenil también han escrito para un público infantil (Alma y los Siete Monstruos), una trilogía de ciencia ficción e inspiración en la mitología griega (Olimpus), dos relecturas modernas de clásicos orientadas al género romántico (Anne sin filtros y Somos el Huracán, inspiradas en Ana de las Tejas Verdes y El Mago de Oz, respectivamente), una comedia romántica new adult (Desde Soulcial con Amor) y el libro que nos ocupa, Pétalos de papel.
Este último se trata de una reescritura de su primera colaboración juntas, esa novela publicada gratuitamente en su blog, perteneciente a la romántica paranormal, y a la que ahora dotan de un tono más adulto.
OPINIÓN
Llevo años leyendo a Iria G. Parente y Selene M. Pascual, con algunos aciertos y otros errores, lo que no puede negarse es que ambas son de las caras más conocidas en la literatura juvenil de nuestro país.
Respecto a la novela que nos ocupa, supone el reciente intento de las autoras por meter los pies en el terreno de la literatura algo más adulta, ese subgénero conocido como New Adult, y que se caracteriza por estar destinado a jóvenes en la veintena que aún no han alcanzado la treintena. Eso quiere decir, que a priori soy el público objetivo de esta novela. Especialmente si tenemos en cuenta que la misma pertenece a la romántica paranormal, con la que suelo disfrutar bastante.
¿Ha satisfecho mis expectativas?
Podría decirse que no del todo.
Ante todo decir que no me parece una mala novela, que me ha entretenido y que tiene ideas interesantes, pero creo que los defectos que tiene la convierten en una novela muy...como decirlo...superficial.
A priori nos encontramos ante un mundo muy semejante al de los cuentos de hadas, Albión, atravesado por un fuerte clasismo, donde la esclavitud es legal y los estamentos sociales son imposibles de sortear.
En este contexto, y como suele ser común en las autoras, nos encontramos con dos personajes que se conocen, se caen mal, luego se caen mejor, se gusta, se enamoran y acaban poniendo en jaque la sociedad en la que viven. En definitiva, acaban poniendo en marcha un cambio social que se antojaba imposible.
La reivindicación social suele ser un tema corriente en toda la bibliografía de las autoras, y aquí nos encontramos con una crítica al sistema de clases, la xenofobia, la esclavitud y las injusticias sociales que ambos producen en los individuos.
Los problemas que he tenido con la novela, por desgracia, también son comunes en el resto de la obra de las autoras.
Suele ser común a toda su producción juvenil el buenismo de los personajes principales. Me explico, se trata de individuos que viven en sociedades injustas, pero que casi siempre poseen una moralidad intachable, alejada de la sociedad en la que viven. Pareciera que, en lugar de construir personajes creíbles, influidos por sus circunstancias sociales, y con los esquemas mentales y creencias propios de las mismas, son trasuntos que sirven a las escritoras para hacer proselitismo. Para introducir sus reivindicaciones sin pudor alguno, aún a costa de la credibilidad de estos personajes, de su complejidad, del riesgo de convertirlos en simples esquemas sin tridimensionalidad.
Esto puedo perdonarlo en una novela juvenil (aunque tampoco tendría por qué ser así), pero resulta especialmente infantil e inmaduro en una obra que se pretende algo más adulta. La literatura fantástica que pretende hacer una denuncia social a partir de la creación de un worldbuilding lleno de injusticias sociales, no puede permitirse el lujo de que los personajes que lo pueblan estén escritos con los códigos contemporáneos, y las creencias ideológicas de las autoras. Por una cuestión de credibilidad los mismos deben servir más que para ser un conducto de las ideas de los escritores, ya que en caso contrario dejan de ser personalidades complejas, y acaban convertidos en marionetas.
Por supuesto, resulta injusto atribuir este defecto a toda la obra de las autoras, pero sí está mas presente de lo que me gustaría. Y en el caso concreto de esta novela, le ha restado complejidad a lo que quieren contar.
Por otro lado, considero que la novela es excesivamente extensa debido a un monólogo interno que en ocasiones peca de reiterativo. También lo he dicho en otras ocasiones, pero me repito: a Iria G Parente y Selene M. Pascual no se les da bien la primera persona, y sus obras ganan mucho más cuando están en tercera (como en El dragón y el unicornio). Pena que estas últimas sean las menos.
Por supuesto, también hay aspectos positivos, ya que la relación romántica es creíble a fuerza de desarrollarla bastante y paso a paso. También destaco como algo bueno el ambiente casi de cuento de hadas, que puede que justifique la construcción de la mayoría de personajes en términos de blanco y negro. Las autoras también manejan bien la parte más melancólica y triste del relato, y no temen que la historia termine como tiene que terminar, aún a costa de sacrificar el final feliz.
CONCLUSIÓN
Para aquellos que disfrutan de las obras de Seliria, con sus pros y sus contras, y que gustan de historias sentimentales, un poco básicas, con sus moralejas y sus momentos cursilones y fáciles. Es posible que, en mi caso, ya no sea lo que busco en la literatura.
NOTA
6
Comentarios
Publicar un comentario