Productora: HBO
Año: 2021
SINOPSIS
Mare Sheehan (Kate Winslet) es una detective de un pequeño pueblo de Pennsylvania que investiga un asesinato local mientras intenta que su vida personal no se desmorone. (fuente: https://www.filmaffinity.com/es/film310747.html)
COMENTARIO:
Pueblo pequeño, infierno grande.
O al menos eso es lo que piensan los escritores/showrunners de los thrillers/noir. Ya lo vimos en Broadchurch (con resultados más irregulares que la serie que nos ocupa, en opinión de la que escribe), pero también en True Detective, Fargo o Heridas abiertas.
Al igual que las mencionadas, Mare of Easttown utiliza la vida rural de una pequeña comunidad como escenario de un crimen terrible a partir del cual se destaparán los trapos sucios de todos sus buenos y piadosos vecinos.
Pero a diferencia de la truculencia que podemos encontrar en Heridas abiertas, o el existencialismo filosófico que desprende True Detective, el equipo detrás de esta serie deja a un lado las enrevesadas reflexiones sobre la maldad humana y la caricaturización desmedida de eso que llamamos "la Ámerica profunda", para centrase en dotar a todos y cada uno de sus personajes (incluso a los más odiosos y detestables) de una profunda humanidad que enriquece la experiencia y despierta la empatía del espectador.
Por supuesto, a ello contribuye la excelente construcción del personaje principal, la Mare del título, una mujer que a priori parece perpetuar los estereotipos del detective duro y traumatizado por un pasado que le atormenta y le predispone a los vicios autodestructivos.
Aquí, los únicos vicios a los que Mare se abandona son la comida basura, el cigarrillo electrónico y la tendencia a culparse por todo lo que pasa en su vida en particular y en su comunidad en general.
Respaldada por un trabajo interpretativo profundamente complejo (a cargo de una Kate Winslet a la que con toda justicia le lloverán los premios), la serie conjuga la intriga, el análisis sobre la identidad del pueblerino (y lo digo con todo respeto, ya que yo también lo soy) y el retrato de un personaje marcado por los remordimientos.
Mare es áspera y arisca, pero al mismo tiempo se preocupa por la gente. Es emocionalmente distante y no se anda con tonterías, pero también es capaz de comprender el dolor ajeno. Desempeña con cuidado su labor como policía, pero cuando ve amenazado lo que es suyo es capaz de abusar de su posición. Es posesiva, por eso desconfía cuando un inspector "de fuera", viene a husmear en la comunidad que considera que es su deber proteger.
Porque Mare siente que es su obligación ser la protectora de toda su comunidad y sus fracasos en esta labor van más allá de un sentimiento de frustración laboral. Para ella son la repetición constante de una derrota ya vivida en lo personal, el recordatorio de que es incapaz de cuidar de las personas que están bajo su cargo. Ya sean sus vecinos, o su propio hijo.
Este ciclo de culpas y desilusiones no se conserva sólo por la mera fuerza de la culpa de Mare, sino que sus vecinos también recurren a ella como saco de boxeo cuando algo sale mal: ella es la investigadora que actuó con negligencia y la responsable de que no se sepa nada del paradero de una chica desaparecida, ella es la culpable de que una adolescente problemática agreda a una compañera, si otro policía acaba mal parado es ella la que recibe un bofetón en forma de compensación, y si una familia acaba rota a causa de una cadena de acontecimientos que nada tienen que ver con ella, la responsabilidad también será suya.
El peso de no sólo acarrear con las culpas de su malas acciones, sino con las de los miembros de toda su comunidad es una forma de penitencia para una Mare que siente que lo merece. Pero también es una forma de perpetuar a la mujer en su rol de cuidadora. Mare no es sólo la madre de una hija viva, un hijo muerto y un nieto que es el recordatorio viviente de su fracaso, sino que es la madre de todos sus vecinos. Y ya se sabe que cuando un hijo se desvía del camino, la responsabilidad siempre se le exige especialmente a su madre.
Pero no sólo destaca Mare, sino que a ella la acompañan una caterva de secundarios de primera categoría, destacando a las mujeres de su propia familia (especialmente su madre, interpretada por una carismática y robaescenas Jean Smart), con quienes tiene las dinámicas más interesantes y complejas (y aquí también incluyo a la madre de su nieto). Porque sí, Mare of Easttown es también un sólido drama familiar.
Aunque cómo no hacer una breve referencia a esa peculiar e insólita dinámica que se crea con su compañero, el entrañable detective Colin Zabel. Acostumbrados como público a los thrillers/noir donde el detective maduro y cínico tiene que lidiar con una compañera que es ingenua y más naive, aquí tenemos todo lo contrario. Es ella la mujer madura y vapuleada por la vida, mientras que él es mucho más joven e ingenuo, y está deslumbrado por ella. Aquí no hay un gallito de corral chulo y descarado, sino un personaje al que el guión y la interpretación de Evan Peters dotan de una gran complejidad a través de los gestos más pequeños, a pesar del reducido tiempo en pantalla (la soledad que desprende, su ansiedad por dar la talla, o esa constante inseguridad con la que se mueve en todas las escenas y que viene de saberse un fraude).
En definitiva, puede que estéis muy cansados de escuchar que Mare of Easttown es la serie del año, y aunque personalmente no sé si lo será, a mi aún se me pone la piel de galllina al recordar su escena final.
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